domingo, 31 de mayo de 2009

Métodos históricos o activos en educación musical

1. Introducción y terminología
1.1. El método en educación musical
Podría parecer extraño que en la actualidad todavía se pretenda proponer un análisis de los métodos históricos o métodos activos, por ser éstos expresiones propias de un período histórico preciso; debiera haber, por consiguiente, suficiente claridad sobre su rol, sus características y otros aspectos de ellos. Sin embargo, la realidad no es exactamente ésta, ya que no se cuenta en el ámbito de la educación musical con estudios sistemáticos de los métodos activos y por ello consideramos necesario realizar este análisis. En la mayoría de las ocasiones en que los métodos activos han sido abordados, se les ha apreciado más bien en función de las soluciones que podrían ofrecer al docente de educación musical para el aula, es decir por el valor de lo que podríamos llamar el recetario para la enseñanza, y menos frecuentemente han sido estudiados desde un punto de vista educativo.
En este trabajo no tenemos en ningún caso la pretensión de agotar un tema que requeriría un estudio sistemático más profundo, por la importancia y vigencia que siguen teniendo en la actualidad los métodos que habitualmente se colocan bajo el paraguas de la etiqueta de históricos o activos. Por ello no aplicaremos los criterios de análisis a todos los métodos que circulan entre los educadores musicales, sino que nos limitaremos solamente a algunos de ellos: los pioneros, es decir Émile Jaques-Dalcroze, Carl Orff y Zoltán Kodály, por una parte, y otros contemporáneos de éstos o apenas posteriores, como es el caso de Maurice Martenot, Edgar Willems, Shin’ichi Suzuki y el método Yamaha. No se incluirá el análisis de propuestas más recientes, como las de los compositores anglosajones que se fueron desarrollando a partir de los años 60 del siglo XX, u otras propuestas sin duda extremadamente sugerentes e interesantes.
La denominación de métodos nos lleva entonces a la necesidad de precisar el significado de la palabra misma y del término que engloba más de uno de ellos, es decir metodología. La primera – método – tiene en el ámbito de la historia de la enseñanza musical connotaciones precisas que se relacionan sobre todo con la enseñanza instrumental y del solfeo, incluso desde tiempos antiguos, que nos llevan a entender el método como un manual, es decir un texto monográfico que tiene como meta facilitar el aprendizaje de una determinada materia, en este caso en el ámbito musical, mediante ejercicios ordenados según lo que el autor considera una dificultad creciente. El método en este sentido se podría describir como un texto que, según las épocas, contiene solamente ejercicios, o bien reflexiones que los acompañan, llegando así el último de textos a presentar más bien un concepto de la enseñanza-aprendizaje de la materia expuesta en el texto. Un ejemplo histórico de este último tipo de método, más completo, es el tratado de J. J. Quantz Versuch einer Anweisung die Flöte traversiere zu spielen publicado en Berlín en 1721, aunque evidentemente no es el único.
Posteriormente se desarrolla la tradición de los textos que contenían las indicaciones de algún maestro para sus discípulos aspirantes a músicos, producto de sus observaciones en la propia práctica y con frecuencia muy personalizadas, ya que el docente elaboraba posibles ejercicios en función de las dificultades que el discípulo iba encontrando. Un ejemplo de este tipo, también de la primera mitad del siglo XVIII, con piezas musicales en lugar de ejercicios, es el libro para Anna Magdalena de J. S. Bach. Como ilustrábamos en un artículo anterior (JORQUERA, 2002), a partir de 1830 se comienzan a difundir los textos musicales impresos, hecho que asignó a los ejercicios inventados ad hoc para alumnos específicos un valor más permanente y a éste se atribuyó posteriormente un significado de solución aplicable en todos los casos.
Si consideramos, además, que ya a fines del siglo XVIII en Francia se realiza una promoción importante de la enseñanza musical y a partir de este momento – muy en consonancia con el racionalismo cartesiano promovido por aquel entonces –, se difunde la práctica de elaborar ejercicios para el aprendizaje instrumental y vocal con carácter altamente sistemático. Es así que los textos – los métodos – llegan a constituir verdaderos catálogos de las posibles combinaciones de sonidos y de las acciones para emitirlos: nos encontramos de frente a la versión del método más reducida, es decir aquellos textos que contienen una recopilación de ejercicios ordenados por grados de dificultad, desde los más sencillos hacia los más complejos. En esta tarea el Conservatoire National de Musique et de Déclamation tuvo un papel determinante a partir de su fundación en 1795 en París, y en particular durante el siglo XIX, cuando la imprenta musical llegó a ser más accesible para profesores y estudiantes de música.
Otro aspecto que cabe observar, es el fuerte desarrollo del virtuosismo instrumental que se verificó a partir del siglo XVII, hecho que produjo la necesidad de elaborar estrategias para el aprendizaje técnico de la interpretación con medios cada vez más precisos y refinados que permitieran exaltar las personalidades musicales de compositores e intérpretes – cantantes e instrumentistas – extraordinarios. El virtuosismo llevó a atribuir, por consecuencia, a la técnica un rol de primer plano en el aprendizaje instrumental, vocal e incluso del solfeo, convirtiendo los ejercicios en una práctica autónoma; de modo que aquél, la práctica musical entre los aristócratas aficionados y la difusión de la imprenta musical contribuyeron a la divulgación de métodos compuestos en muchos casos exclusivamente por ejercicios.
Una consecuencia de este tipo de práctica que aún pervive en la educación musical de la actualidad es, precisamente, la enseñanza que procede desde lo simple a lo complejo de la materia, desde el punto de vista del adulto, es decir del profesor. Esta aproximación olvida que el niño ya en edades muy precoces es capaz de realizar actividades de gran complejidad y que, por tanto, la simplicidad o complejidad no radica en el producto de esas actividades, sino en la tarea planteada. Este concepto refleja, además, una comprensión de la materia de tipo sumativo, ya que cada elemento simple se agrega a los elementos anteriores, llegando a constituir un evento complejo. El concepto de la educación musical que trasluce de esta práctica, tiene sus fundamentos en un entendimiento de la música como objeto, es decir como producto, descuidando el proceso comunicativo y las vivencias suscitadas por la experiencia musical por parte de las personas que la practican y escuchan. Es en síntesis, un concepto que podríamos colocar en el ámbito de un paradigma positivista o neopositivista, con raíces profundas en el racionalismo cartesiano.
En síntesis podemos sostener que en el ámbito musical contamos con dos acepciones del término método, ambas en forma de texto para la enseñanza-aprendizaje de la música: el método que presenta lo que hemos descrito como un concepto, y el que consiste de una serie de ejercicios ordenados a partir del criterio de que el aprendizaje se debe realizar desde lo simple hacia lo complejo. Este modo de proceder, desde lo simple hacia lo complejo es característico – incluso en la actualidad –, de gran parte de la didáctica musical, a pesar de que los principiantes a menudo son capaces de utilizar la voz y los instrumentos de modo complejo. Podríamos describir la aproximación que procede desde lo simple hacia lo complejo, tomando como referencia a MORIN (1994) como paradigma de la simplicidad, en oposición a lo que este autor denomina paradigma de complejidad.
Volviendo a la cuestión histórica de los textos considerados métodos, también es oportuno mencionar que en la mayoría de los casos, los compositores intérpretes de un instrumento específico proponían una serie de ejercicios que acercaban a lo que podríamos denominar la poética de cada uno de ellos, es decir su particular estilo y modo de concebir el arte musical.

(continuará)

*Mª Cecilia Jorquera Jaramillo
Universidad de Sevilla en:

Leeme Revista Electrónica-N° 14 - Nov 2004

sitio en pdf:
http://musica.rediris.es/leeme/revista/jorquera.pdf



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